Montibus Communitas
Hacia Aquellos Bosques de Inmensidad
Trouble in Mind Records
2013
Han sido llamativos los logros que han alcanzado los Montibus Communitas como también ha sido preocupante la indiferencia que han generado en el periodismo musical local. Preocupante pues tener dos LPs en vinilo, en menos de un año, no es poca cosa y menos aún ingresar con una propuesta tan audaz al circuito independiente internacional, y encima a través de un sello como Trouble In Mind Records, de USA.
Montibus Communitas es algo así como un momento en la vida de ciertos individuos que de pronto alcanza un esplendor, y ya. Lo demás es historia, cada quien vuelve a lo suyo y queda un archivo inmenso de grabaciones con las que algo se tiene que hacer. MC empezó a gestarse hace dos años en Pueblo Libre, en la casa de Brayan Buckt, integrante del grupo de stoner drone psicodélico Ayahuasca Dark Trip. Allí se empezaron a reunir músicos como Anna Cuadra, Pedro Fukuda y Sergio Zanabria, y se irían ircorporando Giancarlo Rebagliatti, Carlos Vidal, Paul Saavedra, y muchos más, todo en medio de un ambiente bohemio de música libre y un pequeño estudio montado por el dueño de casa. Y desde el primer momento hicieron click. No tardarían en llegar a los conciertos del underground experimental limeño.
Lo de Montibus puede definirse como Libre Folk Psicodélico, en el sentido de una música espontánea que puede tener relación con la improvisación libre y los jams, así como el folk vanguardista de artistas como Ya Ho Ya 13, Deuter o El Polen, esto en buena medida a la presencia sutil de la guitarra eléctrica de Brayan (de clara raíz kraut), dejando más bien espacio para la instrumentación acústica (el violín de Anna Cuadra y las percusiones de metales diversos de Pedro Fukuda), aunque todo claramente sumergido en una buena cantidad de reverb. Pero al margen de las virtudes individuales es la suma lo que hace la magia, la capacidad de recrear con la música una suerte de universo idílico. Al escuchar a MC parece que estuviéramos en el campo, viendo a unos hippies tocar al pie de una colina, una música secreta que parece conectarlos con alguna fuerza universal.
Quizá mucho influye que el espacio de grabación se haya tratado de la sala de una casa, con las limitaciones de volumen que eso implica, de ahí que la exploración en sonidos sutiles, pasajes melódicos y construcciones a base de simples como perfectas interacciones de guitarra acústica y flautas sean las que más abunden y claro el violín como una presencia hipnótica que aparece y desaparece como una alucinación. (En vivo, MC, ha tenido una mayor presencia de sonido guitarrero, delays y sintes, sin dejar lo demás).
“Hacia Aquellos Bosques de Inmensidad” es sin duda uno de los trabajos más notables que un artista peruano ha publicado en el 2013. Y es un documento de un momento indescriptible en la vida de cuatro músicos (quienes participan de este álbum) con una trayectoria importante, jóvenes como Brayan Buckt, encargado además de la grabación del álbum y quien prepara su debut solista más orientado a la canción acústica, y Sergio Zanabria que ya ha dado a conocer sus virtudes en diversas bandas de psicodelia, así como los ya experimentados Pedro Fukuda (uno de los músicos de improvisación más notables de la escena de Lima y actualmente en Paraíso Flotante) y la versátil Anna Cuadra, cuyo violín también ha dado momentos intensos al lado de otro notable trío de improvisación de Lima: Tribial, junto a Marco Mazzini y el legendario Miguel Flores.
Sin duda con este álbum MC se abre como un mandala para conectar muchas tradiciones. Conecta con cierto legado de nuestra psicodelia y reivindica la improvisación libre, pero también traza una coordenada de lo que podemos llamar una discreta pero cada vez más visible escena sudamericana de Libre Folk Psicodélico con artistas como Un Festin Sagital (Chile) o Pan del Indio u Omasin (Argentina) que esperemos tienda mayores puentes con la creciente escena de improvisación libre, de los que países como Colombia y México andan dando exponentes notables.
(Luis Alvarado)
Escuchar aquí: http://montibuscommunitas.bandcamp.com/album/hacia-aquellos-bosques-de-inmensidad
Rapa Nui
Lucha Troglodita
Attenuation Circuit
2013
Si al hablar de Montibus Communitas señalaba la imagen de
una salida al campo, una especie de proyección apolínea del sonido, el caso de
Rapa Nui, es más bien todo lo contrario, es la efectivización sonora de lo
dionisíaco, de ese sobrecalentamiento que a veces sólo el free jazz puede
reflejar.
La primera referencia de Rapa Nui, apareció en enero del
2013, en una conformación que integra a Israel Tenor (Batería), Ale Borea (Djembe
y Bongos) y Arturo Quispe (Saxofón Alto y controlador Midi). El arrebatado
sonido del trío se reparte en tres tracks donde no parece haber espacio para la
calma, aunque sí para el calentamiento, la creación de momentos que nos preparan
para las embestidas de saxofón y percusiones o para el descanso luego de la
explosión y hay que decir que estos últimos resultan los momentos más
inspirados de este álbum, donde los bongos y los sonidos electrónicos, y
drones, hacen su aparición para volar hacia el mundo de la psicodelia.
Y es que justamente Rapa Nui parece explorar esos mundos
difusos que claramente artistas como Sun Ra o los Jooklo Duo, en la actualidad,
han sintetizado, una suerte de Free Jazz Cosmico donde el trance y la desmesura
caminan de la mano, en este caso, de una genealogía del hombre y sus antepasados (y del jazz), graficada en
los títulos: del astrolopitecus africanus al homo sapiens. De todos los temas, “Homo
Sapiens”, con el que finaliza el disco, tiene la capacidad de crear un ambiente
cuasi malévolo, siniestro, de electrónica freejazzera.
Rapa Nui se ha convertido rápidamente en una referencia
importante dentro del under experimental y hay que destacar el trabajo
persistente de Arturo Quispe (quien también milita en el grupo de rock progresivo
Cholo Visceral y el colectivo experimental Improdisonancia Atonal), sin duda
uno de los músicos jóvenes peruanos más prolíficos durante el 2013. Rapa Nui es
también una llamada de atención de la carencia y la flacura que los circuitos
de jazz tienen en Lima respecto a propuestas contemporáneas y la apertura para
jams entre músicos de diversas generaciones.
Esperemos que la salida de Lucha Troglodita, como los demás albums
de Rapa Nui sean signo de un refortalecimiento, ya no voy a decir de los
circuitos de jazz pero sí de un circuito de improvisación, pues artistas como
Montibus Communitas o Rapa Nui, demuestran que están pasando cosas realmente
importantes en ese terreno. Que el no saber qué pasará no sea más signo de
incertidumbre, sino más bien, en términos de una buena impro, en signo de
vértigo y éxtasis ante lo nuevo, ese tiene que ser el espíritu. (Luis Alvarado)