martes, 29 de julio de 2014

A la medida de mi ansia, sobre Rosa, de La Lá



La Lá
Rosa
Independiente, 2014

Alguna vez Simon Frith escribió que la evolución del micrófono había hecho posible un nuevo tipo de canción melódica, una en donde se podía destacar la voz baja de los cantantes. De aquello se podía inferir también que gracias al micrófono empezaba a ponerse en escena la intimidad: los susurros y demás manifestaciones vocales sutiles, de pronto empezaban a crear un nuevo tipo de cantante. De ese momento inicial al complejo universo de la canción popular actual hay una larga historia, bifurcada infinitamente. Pensemos un poco en ello para ubicar a Giovanna Núñez justamente como una representante de esa forma de canción popular que es una exposición de los sentimientos. Una apertura de lo privado, a viva voz.


“Rosa”, es su álbum debut. Publicado de manera independiente, recoge canciones que integran el repertorio esencial de los conciertos de Giovanna, algunas de estas canciones incluso aparecieron en un demo EP hace algunos años, en versiones exploratorias, juguetonas, pero donde ya estaba claro el universo de La Lá, nombre bajo el cual Giovanna se presenta.

¿Y en qué consiste ese universo? Se trata de una suma de experiencias personales: la familia, la maternidad, el desamor, la pasión, la fe, es una bitácora de momentos de Giovanna. Y uno se siente casi como un espía, casi como si uno la mirara por la ventana de su casa, cantar para ella sola.  Pero hay momentos en los que La Lá deja de ser esa mujer que canta en la ducha o mientras pica la cebolla. De pronto se transforma en una diva con una luz que la ilumina en un teatro, con su dulce voz y canciones desgarradas, conquistando todos los corazones, e ingresando e invadiendo nuestro propio mundo privado. Por momentos se convierte en toda una Chavelita Vargas.

¿Cómo no sentirse abrazado y emocionado al escuchar “Mamífera”? ¿Quedarse atónito con el misticismo de “Jesus”, y esos sonidos vocales que parecen invocar a Santa Rosa de Lima en éxtasis, escribiendo sus mercedes?

Y por otro lado está el universo de referencias musicales. Sin duda la bossa nova constituye la médula de su sonido, pero también el bolero, el folclore y el vals criollo. Giovanna tiene todos los ingredientes para ser comparada con Chabuca Granda o Alicia Maguiña, aunque la diferencia evidente es que Chabuca y Alicia provienen propiamente del mundo criollo y de ahí se desplazan hacia los ritmos internacionales, como la bossa nova, cuya fusión produjo un sonido muy singular vinculado a una revaloración también de lo afroperuano: se trataba de ese criollismo moderno, posible gracias a la aparición en escena de Carlos Hayre y Félix Casaverde, que introdujeron armonías del jazz en el vals criollo. Es en ese horizonte en el que también se encuentra Susana Baca. Giovanna más bien empieza en el pop, en la balada, en la bossa nova y de ahí ha tenido un hallazgo fascinante en una canción llamada “Selva Negra”, un vals criollo perfecto, que hace de su austeridad el soporte para que la voz de Giovanna se luzca entre esos silencios que te ponen contra la pared. Y en el logro tiene mucho que ver la participación de José Pablo Menajovsky, el notable guitarrista que acompaña a La Lá en cada presentación y que es el encargado de hacer sonar las cuerdas en dicho tema y a lo largo del disco.

 “Selva Negra” es un arco que conecta mundos musicales con tanta naturalidad que uno siente que Giovanna está frente a algo complejo, que puede seguir desarrollando aun más en el futuro.

La Lá es una de las tantas voces femeninas que en los últimos años han tomado por asalto la escena independiente de Lima. Cantautoras que están haciendo revolución y media con la canción de autor, ese formato que parece muy popular pero que en realidad en nuestro medio no lo es tanto. Alguna vez un amigo me decía, a nuestra escena musical le falta un himno. Algo de razón tenía. Nuestros crooners se han vuelto muy discretos. Pero ahora que escucho a La Lá, me da por volver a poner también el disco de Zulu, de El Polen, pensar en algunas canciones de Andrés Soto,  y en Chabuca Granda y Alicia Maguiña, pensar en los Talleres de la Canción Popular, en algunas buenas versiones de Tiempo Nuevo, me da por pensar en cómo sería escribir una historia de la canción popular en el Perú y en cuáles serían sus principales hitos.  (Luis Alvarado)

Escucha el disco aquí:  http://lala.bandcamp.com/


sábado, 26 de julio de 2014

Las sombras pueden bailar, sobre Nothern Line, de Koxxantes



Koxxantes

Nothern Line
Chip Musik, 2014

Hay música electrónica que parece salida de una alcantarilla. Sonidos para los que el rótulo de underground resulta más propio. Ruidos y ritmos frenéticos, zumbidos que parecen provenir del eco profundo de un pozo.  

Lima ha dado a conocer una discreta pero bastante bien cohesionada generación de músicos electrónicos que aman esos oscuros sonidos. Solitarios escultores de frecuencias que han retratado bien esa opacidad y grisáceo humor, que ha sido siempre el lado b de la cultura discotequera, el lado menos amable, más tóxico, poco sociable y quizá por ello más estimulante de nuestra escena electrónica. 

De todos ellos destaca la figura de Johnny Collantes, conocido como Kollantes, y ahora como Koxxantes. Johnny dio a conocer su trabajo hacia mediados de los 90s, desarrollando un estilo que heredaba esas atmósferas siniestras del sonido post industrial, de raíz británica, con el jungle y el d’n’b, es decir ritmos cortados y frenéticos. De hecho Johnny fue un pionero en Lima de ese estilo que internacionalmente artistas como Muslimgauze, Techno Animal, Autechre y Aphex Twin dieron a conocer. Johnny incluso fusionaría la electrónica más oscura y dura con los ritmos afroperuanos, redescubriendo un lado más ritual, más de trance, dentro de una tradición de fusión que ha privilegiado el aspecto festivo.   

Convertido en figura de culto, y radicado por muchos años en Londres, ha sido esta ciudad la que ha inspirado su nuevo ep “Nothern Line”. Lanzado hace solo un mes por la net label local Chip Musik. “Nothern Line” hace referencia al metro londinense, esa extensa línea negra que se bifurca y sobresale en los mapas. Como los aeropuertos o los supermercados, las líneas de metro son también esa clase de lugar que se ha dado en llamar como “no lugares”, o lugares de tránsito. Y que sin duda constituyen no sólo la fuente para mucha literatura de ciencia ficción sino también para mucha de la estética de la música electrónica.

“Nothern Line” no tiene títulos, sólo una enumeración. Y diría que su carátula parece sacada de un álbum de principios de los 90s. Y sin duda, suena a un álbum de los 90s, de no ser porque luego del dubstep estos sonidos oscuros han cobrado vigencia y actualidad. A estas alturas ya no queda claro a qué tiempo pertenece el sonido de Nothern Line, pero al escucharlo uno no deja de sentirse fascinado por esa capacidad de Johnny de hacer que su música refleje la toxicidad de la urbe, y hacer con eso una obra de arte.


Johnny Collantes ha retornado a Lima hace ya dos años, no ha hecho ninguna presentación que sepa, se lo ve poco, aunque me dicen que sigue viviendo donde siempre en su casa de Surco, donde seguro sigue componiendo y trabajando. Hace un mes publicó “Ashes southeast”, un ep de similares características, y que en realidad junto con “Nothern Line” conforman en bloque el retorno de Johnny. Son buenos tiempos para la electrónica nacional, con Johnny de regreso, hay sombras para rato. (Luis Alvarado)   

Escuchar aquí: