miércoles, 15 de junio de 2016

Reseña: Abul Mogard - Works

Abul Mogard
Works
Static (2016)

Es verdad que avanzados los años uno alcanza cierta madurez, cierta claridad y sabiduría que los arrebatos juveniles no nos pueden dar. Ejemplos sobran en la historia de creadores que empezaron a trabajar ya entrada la madurez y que ello fue determinante para iniciar una carrera por lo alto. Abul Mogard pertenece a esa estirpe, originario de Belgrado, Serbia, Mogard, según lo que ha contado, trabajó por muchos años en una fábrica y luego de retirarse empezó a experimentar con sintetizadores, tratando de recrear la atmósfera y los sonidos metálicos que escuchaba en su trabajo. Y aunque no he podido constatar la edad de Mogard, por sus fotos parece tratarse de alguien que seguro en los 70s ya estaba sumergido profundamente en la música. Steve Reich y Coil son algunas de las referencias que el artista cita como fuentes de inspiración. Y efectivamente es por ahí por donde podemos acercarnos a su trabajo.

Static acaba de publicar un álbum llamado Works, que compila dos trabajos de Mogard aparecidos en cassete hace sólo algunos años. Un compendio que le permite ahora proyectarse a un público más amplio. Ante todo hay que decir que la música de Mogard suena profundamente actual, o al menos parece pertenecer a toda esa cadena iniciada con el aislacionismo y el ambient post rock (de Lull a Main a Fennesz), y eso es lo que sorprende tratándose de alguien que, por edad, podría ser el padre de muchos de los artistas que estoy nombrando.



Por momentos lo siniestro y lo disonante toman una mayor presencia pero también las líneas melódicas que remiten a Brian Eno y a todo su ejército de seguidores. Aun así, es imposible reducir a Mogard a un estilo, pero sí podemos decir que las repeticiones y el drone forman parte de su repertorio de estrategias y que las texturas ásperas y el ruidismo industrialista también. Lo que lo hace especial es la tensión hipnótica de su sonido, que es generado con sintetizadores análogos y osciladores fabricados por él mismo. Y obviamente su cualidad cinemática, atmosférica, que pinta la mente con paisajes desérticos y monocromas visiones tan inmersivas que en un momento ya no te das cuenta pero Mogard te ha hecho volar y te ha llevado a un planeta extraño. Sólo mira la portada de su álbum, obra de la artista Marja de Sanctis, la analogía visual perfecta de lo que este Works, tiene para ofrecer. Para quien escribe, este álbum ya está entre lo mejor del año. (Luis Alvarado)



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